God save the queen

Dijo una vez un salvaje: «Y a mí me molesta que comas mientras fumo». Aquí, o allí (según se mire), tenemos algunos oídos que dedicarle a ese tipo de planteamiento. No queremos que nos compren los vendidos, ni que nos vengan a matar los muertos. Así que tendemos a llevarnos la contraria de pensamiento, palabra, obra y omisión. Es posible, si tu visita es en un buen momento, que nos encuentres fregando el techo o jugando al ping-pong utilizando guitarras como raqueta, por ejemplo. Para dejar claro de qué estoy hablando podría hacer un inventario. Quizás sería lo más adecuado. Pero todos y cada uno de los elementos que forman el ajuar son itinerantes. También lo son los gatos. Y también los inquilinos, algunos de los cuales podrían aparecer en el catálogo de forma completamente justificada. Sea como fuere, todo viene a morir. Así que el día del juicio, espero hacer como el caracol y llevarme de aquí, o de allí (según se mire), cada pared, cada conversación y cada personaje. También espero que el salvaje siga siendo salvaje para entonces. Porque no deja de repetir que el problema es de base. Sugiere, sutilmente, que deberíamos empezar a educar hasta a los espermatozoides. Pero si los espermatozoides pensaran por sí mismos se plantearían seriamente su papel, puede que hasta el punto de quedarse quietos. Entonces el mundo, por fin, se iría a la mierda; porque a nadie le gusta pasar su existencia corriendo hacia la meta. A nosotros, que correr nos gusta más bien poco, nos molesta que se acabe el camino cuando más se está disfrutando de él. Aminoramos el ritmo. O, directamente, nos tumbamos en el suelo. Esto debe ser porque tenemos muchas menos aspiraciones que cualquier espermatozoide. Nos gusta llevarnos la contraria, y sobre todo llevársela al dios de turno, y a sus relojes. Así que sigue sin importarnos que la escalera del patio esté mellada como un niño sin paletas, o que la puerta de la calle esté abierta. Siguen sin importarnos los pelos de gato en los sofás, o las goteras de la cocina. Solo nos importa que la música siga sonando, y poder sugerir algo con cada palabra y con cada parpadeo.

Deja un comentario